LA DEVOCIÓN AL SAGRADO CORAZÓN
San Claudio la Colombière escribía sobre Santa Margarita María:
¡Qué sabia y qué ilustrada la juzgo! Estoy persuadido de que Dios se comunica a ella de una manera especialísima. He recibido tres o cuatro avisos de su parte que me sirven de regla de conducta y que causan la felicidad de mi vida. Bendito sea Dios eternamente, que se digna ilustrarnos a nosotros pobres ciegos, por medio de las luces de las personas que comunican más íntimamente con Él.
Y el R.P. Jean-Baptiste Terrien, S.J. en su trabajo más destacado "La Dévotion au Sacré-Coeur de Jésus, d'après les documents authentiques et la théologie" exhortaba:
Almas cristianas, que deseáis progresar en el conocimiento y amor del Corazón de Jesús, difícilmente encontraréis lectura más santificante que ésta de la vida y escritos de la apóstol del Sagrado Corazón.
Vosotros, sobre todo los que os abrasáis de celo por la gloria de este divino Corazón y queréis ser sus apóstoles, alimentaos con estas páginas sublimes, verdadero evangelio del Sagrado Corazón; aquí aprenderéis a conocer toda la extensión de los designios de la Providencia en el establecimiento de la devoción al Sagrado de Corazón y la manera de realizarlo.
Cuando la Iglesia ha colocado en los altares a la visitandina de Paray, a esta adoratriz del Sagrado Corazón, es a Él a quien ha pretendido glorificar, a la devoción misma; devoción viviente y persuasiva que quiso ofrecernos por medio de aquella que, por una prerrogativa admirable, fue como su encarnación.
¡Oh, Bienaventurada Margarita María!, que nuestros esfuerzos por daros a conocer sean un fiel eco de vuestras palabras y de vuestros ejemplos, espejo de aquella dulce y hermosa luz que contemplasteis en esas santas visiones que han hecho resplandecer vuestra vida, a fin de que sea iluminado y abrasado el universo entero!
¡Oh, amable y dulce Jesús, que os dignasteis elegir á vuestra humilde sierva para revelar al mundo los misterios de vuestro amor! bendecid esta humilde obra.
¡Oh, Corazón Sagrado de Jesús! dignaos aceptar este modesto trabajo; os le ofrecemos por el Corazón inmaculado de vuestra divina Madre y por mano de San José.
