DE LA IMITACIÓN DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS - XII
LA IMITACIÓN DEL SAGRADO CORAZÓN
La purificación del corazón
El devoto del Sagrado Corazón debe tender en todo a la perfección... y saber que toda nuestra perfección consiste en imitar al Sagrado Corazón de Jesús.
Jesús manso y humilde de Corazón,
haced nuestro corazón semejante al vuestro.
Después de repetir nuestra habitual jaculatoria, escuchemos al Señor que nos dice:
Hijo
mío, toda tu perfección está en hacerte semejante a mi divino Corazón. Porque
mi Corazón, Corazón del Verbo de Dios y dechado de todas las virtudes, es la
suma santidad. Cualquiera,
pues, que imitare a mi Corazón, imita a Dios su Salvador, la misma santidad.
Siendo,
pues, mi Corazón modelo de toda santidad y fuente de toda gracia, en Él aprenderás cuanto necesitas practicar para tu santificación, y en Él también
hallarás tesoros de fortaleza para practicarlo.
Si
quieres salir perfecto, imita a mi Corazón; cuanto más te conformares con Él,
más perfecto saldrás.
Mi Corazón es humilde, y la humildad es el fundamento de la santidad verdadera. Si de mi Corazón no aprendieres la humildad, nunca poseerás tal virtud ni conocerás de ella sino el nombre. Y si intentares levantar el edificio de la perfección sobre otro cimiento, no tendrá estabilidad, y al menor soplo de viento quedará destruido y convertido en ruinas.
Mi
Corazón está también lleno de mansedumbre y caridad, y la caridad es la perfección
de la santidad.
Jamás la
llama de la caridad inflamará tu corazón, si el mío no le comunica el fuego de amor
en que se abrasa.
¡Desventurado
de ti si abrasas tu corazón con otro fuego! Arderá, sí, más será para tu
perdición.
Pensando en estas palabras, te dejo hasta el próximo domingo,
querido hermano, Guardia de Honor... nos vemos al pie del Santo Altar.
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