DE LA IMITACIÓN DEL SAGRADO CORAZÓN - VIII
LA IMITACIÓN DEL SAGRADO CORAZÓN
La purificación del corazón
Nuestro pobre corazón busca descanso y felicidad... pero no ha de encontrarlo sino en el Corazón Sagrado de Jesús.
Repitamos como siempre,
Repitamos como siempre,
Jesús manso y humilde de Corazón,
haced nuestro corazón semejante al vuestro.
Escúchale... ¿qué te dice?...
Si quieres, hijo mío, ser de verdad
feliz, dedica tu corazón a la imitación y trato familiar del mío. En él
encontrarás una paz y tranquilidad que el mundo no puede darte ni quitarte.
Si una
sola vez penetrases totalmente en el seno de mi Corazón, desde allí verías
claramente cómo son en sí las cosas terrenales, no como las juzgan los necios
adoradores del mundo.
Fácilmente
te desprenderías entonces de los superfluos y enojosos cuidados de las
criaturas, y nada juzgarías digno de ti sino los verdaderos bienes.
Tu
corazón, esclavo siempre de continuas mudanzas, se muda siete veces cada día;
ahora está alegre, luego triste, ahora tranquilo, más tarde agitado, unas veces
abrasado con el amor de las criaturas, otras hastiado de sus vanidades, tan
pronto fervoroso como tibio y siempre inconstante como el mar.
Pero si
tu corazón estuviera unido con el mío, renacería de pronto en él una
tranquilidad dichosa y permanente.
Unido a mi
Corazón permanecerías seguro como en puerto de salvación, y podrías defenderte
de las mudanzas y marejadas que levanta el viento de lo próspero y lo adverso.
Si te
acogieres a mi Corazón, enemigo ninguno podría dañarte. Es cierto que el
demonio anda en derredor buscando a quién devorar, y arrastra a muchos consigo
a la perdición; pero a ti no se acercaría ni podría alterar tu sosiego.
o al pie del Santo Altar, dentro del Corazón de Jesucristo... nos vemos mañana.
Comentarios
Publicar un comentario