DE LA IMITACIÓN DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS - XXII
LA IMITACIÓN DEL SAGRADO CORAZÓN
La purificación del Alma
El Corazón de Jesús llama de todos, aun de los pecadores.
LA CONFIANZA
Jesús manso y humilde de Corazón,
LA CONFIANZA
Jesús manso y humilde de Corazón,
haced nuestro corazón semejante al vuestro.
Escuchemos al Amado:
—Venid a Mí todos cuantos
trabajáis y andáis fatigados, que yo os aliviaré.
Venga el
justo para justificarse más, venga el tibio para enfervorizarse, venga el
pecador para purificarse y santificarse.
¡Oh fragilidad humana! ¿Dónde está el hombre que no ha pecado? Quien dijere no haber pecado, él mismo se engaña y no dice verdad
Si te
sientes, hijo mío, cargado de pecados y molestado por las imperfecciones, acude
presuroso a mi Corazón. Aquí romperás las cadenas, aquí respirarás.
No te
arredren ni la gravedad de tus delitos, ni la grandeza de mi Majestad; no vine
a buscar justos, sino a llamar pecadores a penitencia.
Cuanto
mayores miserias te esclavicen, tanto mayor será mi compasión. Cuanto más grave
sea tu enfermedad, más necesitas de médico.
No me
espantan tus miserias; conozco el lodo de que se formó tu corazón; si no has caído
en mayores pecados, a mi gracia lo debes.
Pero una
cosa me admira: que ofreciéndome a curarte, no quieras sanar, y, si lo quieres
parece como que dudas de mi bondad.
Hijo
mío, no me infieras esa injuria tan acerba; mi Corazón desea perdonar y no se
cansa de perdonar.
Mira con
cuánta benignidad trataría yo a los pecadores, cuando me llamaban «amigo de
pecadores».
¿Dónde encontrarás un corazón que ame como ama el mío? Ningún hombre muestra tanto amor como el que da por sus amigos la vida. Yo, hijo de Dios, lo mostré mayor todavía, pues di la vida por mis enemigos.
¿Quién
jamás me amó sin amarle yo antes? ¿Quién me consagró los afectos de su alma,
sin que antes hubiera experimentado los afectos de mi ternura?
Muchos pierden la inocencia antes de saber qué es inocencia y cuánto vale. Es grande gloria de mi Corazón triunfar de tales corazones y convertirlos de pecadores en santos.
¡Oh, si
conocieses el amor de mi Corazón, entonces comprenderías con cuánta ternura amo
a las almas fieles y con cuánta suavidad atraigo a los pecadores!
Nos vemos el próximo domingo, al pie del Santo Altar.
Comentarios
Publicar un comentario