CONFIANZA EN LA MISERICORDIA
SOR BENIGNA CONSOLATA FERRER
"EL APÓSTOL DE LA MISERICORDIA DIVINA"
La "Pequeña Secretaria" del Corazón Adorable de Jesús escribía a dictado del Divino Amor.
No ansíes tanto las palabras de las criaturas: tienes a tu Criador que te habla. ¿No te basto Yo, Niña o esperas encontrar un corazón que te ame más y que te compadezca más?
Si me das tus miserias yo las pago, te saco de la confusión en que te encuentras y con ello me agradas. Pero hay que vendérmelas por un acto de profunda humildad, no superficial, sino sentida.
Amor y misericordia son como la respiración de mi dulcísimo Corazón. Aspiro, es decir, atraigo a Mí las miserias de mis pobres y débiles criaturas para consumirlas en el fuego de mi divina caridad; y después Yo respiro, es decir, despido de mi dulcísimo Corazón este fuego que le devora y que es capaz de inflamar tantos corazones. Necesito consumir las miserias de mis pobres y débiles criaturas y nunca me canso de lavar y relavar las almas, porque las lavo en mi Preciosísima Sangre.
Si me das tus miserias yo las pago, te saco de la confusión en que te encuentras y con ello me agradas. Pero hay que vendérmelas por un acto de profunda humildad, no superficial, sino sentida.
Amor y misericordia son como la respiración de mi dulcísimo Corazón. Aspiro, es decir, atraigo a Mí las miserias de mis pobres y débiles criaturas para consumirlas en el fuego de mi divina caridad; y después Yo respiro, es decir, despido de mi dulcísimo Corazón este fuego que le devora y que es capaz de inflamar tantos corazones. Necesito consumir las miserias de mis pobres y débiles criaturas y nunca me canso de lavar y relavar las almas, porque las lavo en mi Preciosísima Sangre.
Del "VADEMECUM" extraemos:
ACTO DE HUMILDAD
Dios mío, mi soberano Amor, mi Todo, yo que soy nada de nada, que nada tengo de virtud, de fidelidad, de correspondencia a tus gracias, de gratitud, nada, en fin, de bueno, desde el profundo abismo de mi miseria recurro al abismo de tu misericordia, implorando de ella la gracia de poderte conocer y hacer que otros te conozcan, de poderte amar y hacer que otros te amen, de poderte servir y hacer que otros te sirvan, de la manera más perfecta que le sea posible a una pobre criatura, para tu mayor gloria.
Nota...
« Yo te certifico, oh alma devota, dice Jesús, que cuantas veces hace un alma este acto, con verdadero sentimiento de profunda humildad, otras tantas me hiere el Corazón, con un dardo de oro y en fuerza de esta herida causada en Mí por el alma, brota impetuoso de mi Corazón, para bien de la misma alma y de la Santa Iglesia, un torrente de gracias.
Es al propio tiempo este acto de humildad muy buena preparación para la Sagrada Comunión, pues Dios se comunica con mayor abundancia a los humildes. »
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