SER GUARDIA DE HONOR

SER GUARDIA DE HONOR
LA UNIÓN CON EL CORAZÓN SAGRADO DE JESÚS


¡Alma mía, eres capaz de Dios, desdichada de ti si te conformas con menos que Dios! San Francisco de Sales

El propósito de la vida espiritual es "la unión con Dios". Es una necesidad del alma comunicarse con Dios, pero para ello es necesario dejar "mi gusto", dejar de hacer según "mi propia inclinación", dejarme a mí o a las criaturas para alcanzar la salvación del alma, es decir, unirme con Dios.

A quien mira el Corazón Herido del Salvador y desea fervientemente unirse con Él, poco le importa el consuelo a la repugnancia, el propio interés o la complacencia que pueda encontrar en las cosas que hace, siempre que éstas le lleven a la UNIÓN. De esto se desprende el que en todas nuestras acciones nos preguntemos: "Esto que digo, o hago... me servirá de medio o de obstáculo para unirme con el Corazón de Jesús".

"VOY A UNIRME CON DIOS"... ese es el propósito y por ello me levanto temprano...
por eso fielmente hago mi hora de Guardia... y por ello me esmero en lo que hago, por eso hago lo mejor que puedo esto y lo otro... voy y vengo porque voy a unirme con Dios...

No es solo el tiempo que pasamos en la Iglesia, o en el oratorio, o en la comunión... cada instante, el Corazón manso y dulce de Jesús espera que me una con Él.

La Unión con Dios, con su Adorable Corazón, es la mayor dignidad a que puede ser sublimada el alma, es lo sumo del honor y el colmo de la gloria. Es el íntimo abrazo que hay que agradecer y procurar no perder.

Pero para que esta unión sea plena es necesario "MORIR"... dejar poco a poco las vanidades del mundo, pues todas son indignas de mí, de mi alma, hecha para contener a Dios.

Qué te parece, querido hermano, Guardia de Honor, si comenzamos con esta muerte saludable hoy...

¡Dios sea bendito!

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