III - AMOR A LA PATRIA
EL AMOR A LA PATRIA
"Si se pregunta por el lugar del patriotismo en el decálogo, la respuesta es inequívoca: es parte del cuarto mandamiento, que nos exige honrar al padre y a la madre.
El patriotismo conlleva precisamente este tipo de actitud interior, desde el momento que también la patria es verdaderamente una madre para cada uno.
Patriotismo significa amar todo lo que es patrio: su historia, sus tradiciones, la lengua y su misma configuración geográfica".
Por desgracia, hay quien confunde lo que es el patriotismo cristiano – que se basa en el amor y tiene un carácter unificador-, con el nacionalismo pagano – basado en el odio y promotor de la división-.
"Así pues, quien promueve la división, el odio, o la discordia entre los ciudadanos de un mismo país, debe saber que no solo comete un error político, sino que atenta contra un bien moral, y se pone en situación de pecado mortal".
Dice Santo Tomás que dos son las actitudes extremas que se oponen al amor a la Patria y constituyen pecado:
- Por defecto: el cosmopolitismo o internacionalismo. Estos desconocen a la propia patria con el erróneo pretexto de que el hombre es “ciudadano del mundo”.
- Por exceso: el nacionalismo exagerado, que ensalza desordenadamente a la propia patria como si fuera un bien supremo y desprecia a los demás países con palabras o hechos, muchas veces calumniosos o injustos.
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