IV - VIDA DE SAN FRANCISCO DE SALES
NACIMIENTO PREMATURO A LA VIDA DE LA GRACIA...
Continuamos el relato de la vida de San Francisco de Sales:
Vuelta al castillo de Sales la Señora de Boisy, pareció mostrarla el cielo, en misteriosos sueños, que su oración había sido escuchada, y que, como Ana, había obtenido otro Samuel.
Tan pronto le parecía ver en su hijo un pastorcillo que corría a través de los campos guardando numerosos rebaños de ovejas, como le parecía cubierto de los hábitos religiosos de diferentes Ordenes: y si bien estos sueños se pueden considerar como simple efecto de la imaginación, también pudo el cielo querer designar con ellos el porvenir de un niño, que sería a la vez un pastor abrasado del celo por la salvación de las almas, y un protector ardiente de las Órdenes religiosas, que amo hasta el punto de desear ser alistado en la mayor parte de ellas (como terciario).
Habiendo llegado la fiesta de la Asunción, comenzó para la Señora de Boisy una época de extraordinario fervor; renovó a Dios en la Comunión la oferta de su hijo; y durante la octava, la meditación de este misterio llenó su alma de los más piadosos sentimientos.
No habían trascurrido aún más que siete meses después de su embarazo, cuando como si la gracia hubiese querido prevenir a la naturaleza, y borrar antes del término ordinario la mancha original en un alma destinada a ser tan pura, se presentaron señales de su próximo alumbramiento.
Con esta noticia toda la familia tembló por la madre y el hijo; solo la virtuosa señora se manifestó tranquila y sin miedo: confiaba en Jesucristo, a quien había consagrado el fruto de sus entrañas, y su esperanza no quedo defraudada.
El jueves 21 de agosto de 1567, entre nueve y diez de la noche, retirada en una sala llamada de San Francisco de Asís por encontrarse en ella una imagen de este Santo Patriarca, dio a luz felizmente un hijo, que debía ser en los designios de Dios el mayor ornamento de su casa, el honor de Saboya, y una brillante lumbrera de la iglesia .
La noticia corrió bien pronto, y toda la nobleza de los alrededores acudió al castillo de Sales, tanto para felicitar al Señor de Boisy, como para asistir a la ceremonia y a las fiestas del bautizo.
Tocaba ser madrina a la madre de la Señora de Boisy, hija del Sr. de Villette-Chivron, que aceptó gustosa; y como desde la muerte de su marido, Melchor de Sionnaz, había contraído segundas nupcias con Buenaventura de la Flechière, poderoso señor del Faucigny, se le unió también para ser padrino D. Francisco de la Flechière, su cuñado, Prior del monasterio de Sillingy, de la Orden de San Benito.
Siendo tan cristianos sus padres no podían diferir el bautismo, y así, al día siguiente de su nacimiento fue bautizado el niño en la iglesia parroquial de Thorens, recibiendo los nombres de Francisco Buenaventura; pero generalmente solo se le nombraba por el primero, en honor del Seráfico San Francisco de Asís, que escogió por su predilecto patrono.
Vida de San Francisco de Sales, Sr. Cura de San Sulpicio, 1876
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