VI - IVD


LA VERDADERA DEVOCIÓN  

¿En qué consiste?...

"La viva y verdadera devoción, ¡oh Filotea!, presupone el amor de Dios; mas no un amor cualquiera, porque, cuando el amor divino embellece a nuestras almas, se llama gracia, la cual nos hace agradables a su divina Majestad; cuando nos da fuerza para obrar bien, se llama caridad; pero, cuando llega a un tal grado de perfección, que no sólo nos hace obrar bien, sino además, con cuidado, frecuencia y prontitud, entonces se llama devoción.

Esta doctrina enseñada desde siempre por la Iglesia, llegó a nuestros días con el Papa Benedicto XVI que, con respecto a LA CARIDAD, escribe en la Encíclica DEUS CARITAS EST: 

"El Espíritu es también la fuerza que transforma el corazón de la Comunidad eclesial para que sea en el mundo testigo del amor del Padre, que quiere hacer de la humanidad, en su Hijo, una sola familia.

Toda la actividad de la Iglesia es una expresión de un amor que busca el bien integral del ser humano: busca su evangelización mediante la Palabra y los Sacramentos, empresa tantas veces heroica en su realización histórica; y busca su promoción en los diversos ámbitos de la actividad humana.

Por tanto, el amor es el servicio que presta la Iglesia para atender constantemente los sufrimientos y las necesidades, incluso materiales, de los hombres."

Pidamos al Espíritu Santo que nos inflame en la Caridad que inundó a San Francisco de Sales para no ser indiferentes a las necesidades del prójimo más próximo que tengamos, pues muchas veces levantamos los ojos para ver lo que hay lejos, pero somos ciegos para lo que tenemos inmediatamente al lado. 


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