III - LA DULZURA DE LA VIRTUD
LA DULZURA DE LA VIRTUD
La verdadera Sabiduría es ver con los ojos de Cristo...
Continuamos la reflexión de San Claudio a la Duquesa de York:
"Esta luz (la seguridad en la salvación que nos trajo Jesucristo con su muerte) muestra la vanidad de todo lo que amamos en la tierra, porque representa su brevedad, su inconstancia y sus sucias consecuencias; muestra la verdad de todo lo que tememos, mantiene el fervor, el temor de Dios; sustenta la fe misma a la cual pone en peligro el amor a los bienes terrenales.
De ahí que nunca hemos visto un ateo, o un apóstata, que no haya sido sensual, porque el amor y el uso de los placeres extinguen la mente del hombre: ¿y cómo no sofocarían el espíritu de Dios? Hacen que la mente humana sea pesada, estúpida, incapaz de realizar las operaciones más nobles de sus facultades y de entrar en el conocimiento de las cosas espirituales.
De ahí que las almas naturalmente suaves y sensuales, si no se hacen mucha violencia, están sujetas a la inconstancia.
Vemos pruebas desastrosas de esta verdad todos los días.
¡Qué lástima si nos dejamos llevar, como tantos otros, por el amor a los bienes de la tierra!
Prevengamos este infortunio, despreciemos las dulzuras de la vida, hagamos morir en nuestro corazón esta inclinación a la sensualidad, despreciemos estos bienes pasajeros, quitémosles toda nuestra estima y todo nuestro cariño, declarémonos en todo tiempo, en contra estos peligrosos entretenimientos por nuestras palabras y por nuestras acciones, rechacémoslos tanto como nuestro estado lo permita, y tanto cuanto Dios nos lo inspire.
La sabiduría de este mundo es locura para Dios."
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