AL PIE DE LA CRUZ CON LA MADRE DOLOROSA

 

NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES

¡MADRE LLENA DE DOLOR, HAZ CUANDO EXPIREMOS, NUESTRAS ALMAS ENTREGUEMOS POR TUS MANOS AL SEÑOR! 

Composición de lugar

Sitúate en el Calvario, al pie de la Cruz, y de manera digna y reverente, mira a la Virgen Santísima y aprende a dar Gloria, Amor y Reparación...

Meditación

Madre Misericordiosa, haznos entrar en el Paraíso como al Buen Ladrón

¡Felicísimo Devoto, hasta ser compañero de María sus Dolores! 

Y, por serlo, logra muerte tan buena, tan santa y tan fervorosa; consigue verse aliviado después de ella, y aún libre de todo Purgatorio; y logra más allá que él, tan merecido por sus muchísimas y gravísimas culpas, y conmutado en las penas de la cama, o potro de su Cruz, se le hagan por la mediación de la Señora Dolorosísima, dulces, gustosas y suaves, como si entre ellas gozara de el Paraíso.

Señora piadosísima, moved mi corazón, aunque confundor et erubesco llevare faciem meam (1a. Esdras 9, 6) (Me da vergüenza levantar mi rostro) por tanto como lo desmerezco.

Mudádmele Señora, y sea este nuevo triunfo de vuestra misericordia: con el corazón de Dimas esté el mío a vuestros pies santísimos y,  al modo suyo, sienta yo, y os acompañe en vuestro Dolores Santísimos; para que por su intercesión como Protector de Buena Muerte, por lo que os debió en la suya, también a su lado los celebre yo con las Llagas Sacratísimas de vuestro Hijo en el Paraíso y la Gloria. Amén.

Oración

 

Propuesta por San Pío X para pedir por México.

¡Oh, María Inmaculada!, velad por México, rogad por México, salvad a México, que cuanto más culpable, mayor necesidad tiene de vuestra poderosa intercesión. Una súplica a vuestro divino Hijo Jesús, que reposa en vuestros virginales brazos, y México será salvo. 

¡Oh, Jesús, obediente a María, salvad a México.

Recemos incesantemente y llenos de confianza esta oración, y no te olvides, querido Guardia de Honor, ofrecer al Corazón traspasado de Nuestra Madre Dolorosa las 7 Avemarías para consolarla y alcanzar para México la gracia de conservarse en la fe.