AL PIE DE LA CRUZ CON LA MADRE DOLOROSA
NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES
¡MADRE LLENA DE DOLOR, HAZ CUANDO EXPIREMOS, NUESTRAS ALMAS ENTREGUEMOS POR TUS MANOS AL SEÑOR!
Composición de lugar
Sitúate en el Calvario, al pie de la Cruz, y de manera digna y reverente, mira a la Virgen Santísima y aprende a dar Gloria, Amor y Reparación...
Meditación
El "dimitte" que no puede rechazar el Padre Celestial
Y esta fue tal, que allí se trocaron y convirtieron tantos, que …omnis turba eorum, qui simul aderant ad spectaculum istud et videbant, quae fiebant, percutientes pectora sua revertebantur.: (Lc 23, 48), tantos sin número.
El Evangelista lo dice, como también, el dolor con que herían sus pechos: pasmosa mutación de tantos paratorum iam pro eo mori, quem prius poposcerant crucifigi, dijo San León.
Más aunque esta fue admirable, no es extraña; porque si Jesús con su Palabra, y María con su eco dicen al Padre dimitte illis. ¿Cómo puede el Padre escasear el tesoro de sus misericordias?
Porque mirando Filii crucem, et vulnera; Matrisque pectus, et ubera, dice el Padre Celestial: —Piden indultos sin número Jesús y María con el "dimitte". Ea, bajen hasta en lluvia mis piedades; pues siendo Padre, ¿qué puedo negar a súplicas de tal Hijo, y de tal Madre?
Jesús dulcísimo, por el amor de María, dimitte mihi (perdóname), qué tantas veces os crucifiqué con mis culpas.
María, por el amor de Jesús, ora pro me (ruega por mí) al Padre para que dimittat (perdone); Y vos, Señora, dimitte, dimitte mihi su muerte, alcanzándome un dolor con que no vuelva, como soy, y fueron los obstinados del Calvario, sino al contrario, a vuestros pies santísimos, y al de la Cruz, quede mi corazón partido de un noble dolor de mis culpas por trofeo de su Palabra y vuestro eco, para siempre alabaros en la gloria. Amén.
Oración
Propuesta por San Pío X para pedir por México.
¡Oh, María Inmaculada!, velad por México, rogad por México, salvad a México, que cuanto más culpable, mayor necesidad tiene de vuestra poderosa intercesión. Una súplica a vuestro divino Hijo Jesús, que reposa en vuestros virginales brazos, y México será salvo.
¡Oh, Jesús, obediente a María, salvad a México.
Recemos incesantemente y llenos de confianza esta oración, y no te olvides, querido Guardia de Honor, ofrecer al Corazón traspasado de Nuestra Madre Dolorosa las 7 Avemarías para consolarla y alcanzar para México la gracia de conservarse en la fe.
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