EL APÓSTOL DEL SAGRADO CORAZÓN
SANTA MARGARITA MARÍA ALACOQUE
EL ALTAR DEL CULTO AL SAGRADO CORAZÓN
A MODO DE COMUNIÓN ESPIRITUAL
Oh Padre Eterno, permitid que os ofrezca el Corazón de Jesucristo, vuestro Hijo muy amado, como Él mismo se os ofrece en sacrificio. Recibid, si os place, esta ofrenda por mí junto con todos los deseos, sentimientos, afectos, movimientos y acciones de este Sagrado Corazón. Todos son míos, puesto que se inmola por mí; no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos en satisfacción de mis pecados para concederme (en cambio) por sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y de alabanza, que ofrezco a vuestra divina Majestad, puesto que sólo por Él sois dignamente honrado y glorificado. Amén.
Yo os saludo, Corazón de mi Salvador; rescatadme.
DE SU AUTOBIOGRAFÍA
Sin saber lo que hacía, me sentía continuamente impulsada a decir estas palabras: «Dios mío, os consagro mi pureza y hago voto de perpetua castidad». Un día las dije entre las dos elevaciones de la santa Misa, que de ordinario oía con las rodillas desnudas en tierra, por frío que hiciese. No comprendía lo que había hecho, ni lo que quería decir la palabra voto, ni tampoco esta otra, castidad. Toda mi tendencia era ocultarme en algún bosque, y nada me detenía sino el temor de encontrar hombres en aquel sitio.
"Las víctimas deben ser inocentes" decía alguna vez Santa Margarita.
El alma concienzuda se aplica al cumplimiento de sus deberes religiosos; y una cosa inherente a la Imagen y Semejanza de Dios que posee el alma es la pureza, la inocencia.
Nuestro Señor proclama: "Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios" (Mt 5,8); si alguien quiere entrar en el Reino de los Cielos, que se haga como un niño, pues dice el Catecismo, aludiendo a una cita del Pastor de Hermas: «Mantente en la simplicidad y en la inocencia, y serás como los niños pequeños que ignoran la perversidad que destruye la vida de los hombres».
El Corazón de Jesús conoce el corazón del hombre y declara que “de dentro del corazón salen las intenciones malas, asesinatos, adulterios, fornicaciones” (Mt 15, 19).
Los "corazones limpios" designan a los que han ajustado su inteligencia y su voluntad a las exigencias de la santidad de Dios, a ellos se les promete que verán a Dios cara a cara. Con respecto a la castidad, ésta permite amar con un corazón recto e indiviso.
Querido Hermano, Guardia de Honor, la permisividad de las costumbres que van permeando en nuestros hogares nos lleva a poner tan poca atención a la pureza del corazón que pensamos que la castidad es solo para los sacerdotes y las monjas. Tu y yo también estamos llamados a la castidad porque nuestro corazón no puede llenarse con ninguna criatura, solo Dios y su amor puede saciarlo.
El Corazón de Jesús mueve a Santa Margarita desde niña para hacer ese "voto" que le permitirá un día elegir un estado de vida; pero a ti y a mí también nos apremia a mantenernos en pureza, a buscar recobrar la inocencia si es que la hemos perdido, porque no sé tú pero mi deseo, al llegar a la presencia de Dios, es que el Corazón de Jesús no vire su hermoso rostro ante marcas y cicatrices que surgen en el alma por pecados de impureza, siendo Él la suma Belleza, purísimo. Ojalá que nuestra Consagración a Él tenga efectos, produzca frutos, genere en nosotros una vida de santidad que nos permita verle cara a cara en la eternidad.
Oh Santa Margarita María, a ti que el Sagrado Corazón de Jesús te hizo partícipe de sus divinos tesoros, te imploramos nos obtengas todas las gracias que necesitamos de ese Adorable Corazón, y en particular la gracia de............ Con ilimitada confianza pedimos a este Corazón nos las conceda por tu intercesión para mayor gloria suya. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Santa María, Madre de Dios y patrona de la Orden de la Visitación, ruega por nosotros
Santa Margarita María, Preciosa perla del Reino de los cielos, ruega por nosotros
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