EL APÓSTOL DEL SAGRADO CORAZÓN
SANTA MARGARITA MARÍA ALACOQUE
EL ALTAR DEL CULTO AL SAGRADO CORAZÓN
A MODO DE COMUNIÓN ESPIRITUAL
Oh Padre Eterno, permitid que os ofrezca el Corazón de Jesucristo, vuestro Hijo muy amado, como Él mismo se os ofrece en sacrificio. Recibid, si os place, esta ofrenda por mí junto con todos los deseos, sentimientos, afectos, movimientos y acciones de este Sagrado Corazón. Todos son míos, puesto que se inmola por mí; no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos en satisfacción de mis pecados para concederme (en cambio) por sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y de alabanza, que ofrezco a vuestra divina Majestad, puesto que sólo por Él sois dignamente honrado y glorificado. Amén.
Yo os saludo, Corazón de mi Pastor; guardadme.
DE SU AUTOBIOGRAFÍA
Recobrada la salud, no pensé ya sino en buscar mi contento en el goce de mi libertad, sin darme gran cuidado el cumplimiento de mi promesa.
Más, ¡oh Dios mío! no pensaba entonces lo que después me habéis hecho conocer y experimentar, y es que, habiéndome engendrado con tantos dolores vuestro Corazón en el Calvario, no podía sostener la vida, que me habíais concedido, sino con el alimento de la Cruz, que sería mi manjar delicioso.
He aquí cómo pasó. Apenas comencé a gozar de plena salud, me fui tras la vanidad y el afecto de las criaturas, halagándome el que la condescendiente ternura que por mí sentían mi madre y mis hermanos, me dejase en libertad para algunas ligeras diversiones y para consagrar a ellas todo el tiempo que deseara.
Pero bien me hicisteis conocer, Dios mío, que andaba muy errada en mis cálculos, pues los había hecho según mi propensión, naturalmente inclinada al placer; más no según vuestros designios tan diferentes de los míos.
...cuanto más los llamaba, más se alejaban de mí; ofrecían sacrificios a los Baales y quemaban incienso a los ídolos. ...ellos no reconocieron que yo los cuidaba. (Oseas 11).
Decíamos ayer que "Nobleza obliga". Dios siempre se "venga" de nuestras faltas y pecados con amor.
Santa Margarita María experimentó el gran beneficio del amor de Dios al verse restablecida en su salud, pero como en el Antiguo Testamento, Dios experimentó la ingratitud de su criatura que, olvidada de tantos dones gratuitos como había recibido, sacrificó al mundo y a la carne sus más delicadas ofrendas como son la lozanía del cuerpo y la pureza del alma por "respetos humanos".
¡Cuánto lloraría sus infidelidades toda su vida! A edad tan temprana no era capaz de entender el amor que a todo un Dios le llevó a dar la vida en la Cruz para salvarla.
A nosotros, querido Hermano, Guardia de Honor, no es la cortedad sino la soberbia de la vida la que nos impide ver los beneficios que a Dios deben retribuirse. Tal vez la luz del Espíritu ha ilustrado nuestro entendimiento y sabemos que lo que tenemos es solo don del amor del Padre Eterno, pero ¿acaso no seguimos prefiriendo nuestro contento y satisfacción al dolor del sacrificio que implica renunciar a lo que Dios desagrada, disgusta u ofende en nuestra persona?
Oh Santa Margarita María, a ti que el Sagrado Corazón de Jesús te hizo partícipe de sus divinos tesoros, te imploramos nos obtengas todas las gracias que necesitamos de ese Adorable Corazón, y en particular la gracia de............ Con ilimitada confianza pedimos a este Corazón nos las conceda por tu intercesión para mayor gloria suya. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Santa María, Madre de Dios y patrona de la Orden de la Visitación, ruega por nosotros.
Santa Margarita María, Paloma pura que hiciste tu morada en la llaga del Corazón de Jesús, ruega por nosotros.
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