EL AMOR MISERICORDIOSO
MADRE MARIA TERESA DESANDAIS
El Apóstol del Amor Misericordioso
“Centellitas”
Lo que el Sagrado Corazón dictaba a su "petite main", es decir "pequeña mano", como solía autonombrarse la Madre María Teresa Desandais.
¡Si conocieras el don de Dios!... (fueron las palabras que Jesús dirigió a la Samaritana).
¡El don de Dios es Jesús!
Si tú y yo pensáramos a menudo en esto, querido Hermano, Guardia de Honor... Dios nos da el don precioso, el don sobre cualquier otro: su Hijo... Y ¿qué hacemos tu y yo con Él?
¡El don de Jesús es el Amor!
¡El Amor es su Espíritu y su Corazón!
¡Su Santo Espíritu, su Divino Corazón!
¡Maravilla del Corazón Misericordioso de Jesús! que en una dignación nos ha regalado su Amor, es decir, su Espíritu y su Corazón... Desde el bendito día que te hiciste Guardia de Honor, querido Hermano, eres poseedor, tanto como yo, de lo más caro en esta vida y por toda la eternidad: el Espíritu Santo y el Corazón Divino.
A continuación, Sor Teresa incluye una petición que debiéramos hacer nuestra, cada día, sobre todo en nuestra Hora de Guardia con el deseo de conocer mejor al Corazón de Jesús:
¡Espíritu de Amor daos a conocer! ¡Corazón de mi Dios, haceos amar! ¡Vos que nos habéis amado hasta la Cruz, hasta la Eucaristía! Iluminad nuestra inteligencia e inflamad nuestra voluntad, para que podamos comprender y practicar vuestras divinas enseñanzas.
Comencemos desde hoy con esta súplica... Te espero mañana, con otra de las "Centellitas" del Amor Misericordioso.
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