SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, EN VOS CONFÍO

LA GRAN LECCIÓN DEL DIVINO MAESTRO
a la luz de San Francisco de Sales


"En aquel momento tomó la palabra Jesús y dijo: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera»."
Mateo 11, 25-30

Meditemos ahora en estas palabras:

«... y encontraréis descanso para vuestras almas.»

El cumplimiento de toda profecía, símbolo y figura del Antiguo Testamento está en Nuestro Señor Jesucristo.

En el Libro del Génesis encontramos, con respecto a Noé:
"Este nos dará descanso de nuestra labor y del trabajo de nuestras manos, por causa de la tierra que el Señor ha maldecido."
Y a Moisés le promete:
"Mi presencia irá contigo, y yo te daré descanso."
Y por boca del profeta Isaías dice:
"Y el día en que el Señor te dé descanso de tu dolor, de tu desesperación y de la dura servidumbre a la que fuiste sometido, pronunciarás este oprobio contra el rey de Babilonia, y dirás: ¡Cómo se ha acabado el opresor, y cómo ha cesado el furor!"
 Al pueblo le invita:
"Aquí hay reposo, dad reposo al cansado; y: Aquí hay descanso. Pero no quisieron escuchar."
Finalmente, Jeremías, profeta también le hace una reconvención:
"Así dice el Señor: Paraos en los caminos y mirad, y preguntad por los senderos antiguos cuál es el buen camino, y andad por él; y hallaréis descanso para vuestras almas. Pero dijeron: “No andaremos en él.”
Recapitulando todas estas advertencias del Señor a su pueblo elegido, podemos vislumbrar la invitación que el Hijo de Dios quiere hacerle a cada uno de los cristianos, particularmente a los amantes de su Corazón Divino.

"Tomad mi yugo, aprended de mi... y el resultado será que: HALLARÉIS DESCANSO PARA VUESTRAS ALMAS"

Si, como lo hemos visto:
  • Tomar el yugo de Cristo es Obedecer a la Divina Voluntad.
  • Aprender de él es tomarlo como Maestro y Modelo.
  • "Ser manso y humilde es la mejor custodia de la caridad", según San Agustín.
  • El que está cansado es porque lleva a cuestas la carga de sus pecados.
  • Y para tener descanso hay que andar por el buen camino...
Entonces, podemos concluir que el cristiano obediente a la Voluntad de Dios, a la manera de Jesucristo que es manso y humilde, comienza a descargarse de sus vicios y malas inclinaciones, comienza a caminar por la senda recta y comienza a llenarse de verdadera "CARIDAD", lo que le trae descanso a su alma, pues no tiene que preocuparse más que de amar a Dios y al prójimo... Ama y haz lo que quieras, dice San Agustín.

Sobre la CARIDAD que debemos practicar para tener moneda de cambio para nuestro pasaporte al Cielo, San Francisco de Sales nos instruye:

"La viva y verdadera devoción, ¡oh Filotea!, presupone el amor de Dios; mas no un amor cualquiera, porque, cuando el amor divino embellece a nuestras almas, se llama gracia, la cual nos hace agradables a su divina Majestad; cuando nos da fuerza para obrar bien, se llama caridad; pero, cuando llega a un tal grado de perfección, que no sólo nos hace obrar bien, sino además con cuidado, frecuencia y prontitud, entonces se llama devoción.

En una palabra, la devoción no es más que una agilidad y una viveza espiritual, por cuyo medio la caridad hace sus obras en nosotros, o nosotros por ella, pronta y afectuosamente, y, así como corresponde a la caridad el hacernos cumplir general y universalmente todos los mandamientos de Dios, corresponde también a la devoción hacer que los cumplamos con ánimo pronto y resuelto. 

Por esta causa, el que no guarda todos los mandamientos de Dios, no puede ser tenido por bueno ni devoto, porque, para ser bueno es menester tener caridad y, para ser devoto, además de la caridad se requiere una gran diligencia y presteza en los actos de esta virtud."


Pidamos este viernes, dedicado especialmente al Corazón Sagrado de Jesús, en su mes, que nos conceda comprender que ser Guardia de Honor no es sólo llevar nuestra Medalla al cuello y tener una Cédula de agregación... Ser Guardia de Honor es disponerse a la Santidad y buscar todos los medios para ello.

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