LA TRADICIÓN o las tradiciones de LA NAVIDAD

LA TRADICIÓN o las tradiciones de LA NAVIDAD



Te cuento, querido Guardia de Honor, que hace unos días platicaba con alguien que me dijo que no celebraba la Navidad porque no estaba sujeto a "tradiciones".

Está afirmación me dio tema de meditación, y me preguntaba si los cristianos vivimos atados por las tradiciones...

Hay que preguntarle a quien sí sabe... Me fui al Sagrario... Era mi Hora de Guardia... Y ahí Jesús me dio la respuesta.

En el Evangelio de San Mateo encontramos:
Se acercaron a Jesús algunos fariseos y maestros de la ley que habían llegado de Jerusalén, y le preguntaron: –¿Por qué tus discípulos desobedecen la tradición de nuestros antepasados? ¿Por qué no cumplen con el rito de lavarse las manos antes de comer?
Jesús les preguntó:
– ¿Y por qué también vosotros desobedecéis el mandato de Dios por seguir vuestras propias tradiciones?
 ... Asi invalidáis el mandato de Dios por seguir vuestras propias tradiciones. ¡Hipócritas! Bien habló el profeta Isaías acerca de vosotros, cuando dijo:
 ‘Este pueblo me honra de labios afuera, pero su corazón está lejos de mí.
De nada sirve que me rinda culto, pues sus enseñanzas son mandatos de hombres.’

Sí, la cuestión es simple... No es lo mismo "La Tradición" (lo que Jesús llama Mandato del Señor)... a las tradiciones (inventadas por los hombres).

El depósito de la Fe se cimenta en "la Tradición". Esta palabra viene del latín tradere, es decir "entregar".

La Tradición de la Iglesia es oral y escrita... A la Tradición escrita la conocemos como Sagrada Escritura... En ella Dios nos entrega Su Palabra... El Verbo eterno se deja vislumbrar... ¡Oh maravilla! 

LA TRADICION ESCRITA ES DIOS QUE  SE NOS ENTREGA.

Pero a Dios no es posible conocerle de una vez... el entendimiento humano no puede abarcar su inmensidad... me parece como estar parado ante la puerta de un rascacielos y querer mirarlo por entero...
Es preciso alejarse para tener una mejor perspectiva, pero se corre el riesgo de perder de vista los detalles... si uno se aleja demasiado, no se aprecian los detalles arquitectónicos, la mezcla de los materiales, ni la combinación de colores.

Así, la sabiduría de los más de 2000 años de la Santa Iglesia ha ido colocando de manera organizada los diversos misterios de la vida del Señor a lo largo del año para una mejor contempación.

Es de esta manera que, al inicio del Ciclo Litúrgico se nos propone el Adviento como preparación a la Navidad... pero no es porque Dios solo nace una vez en el año, pues bien sabemos que para todo cristiano, todos los días es Navidad, si tiene en cuenta que Cristo nace en nuestros altares cada mañana.

Alguna otra vez te comentaré cómo es que surge en la Iglesia la Solemnidad de la Natividad del Señor... 

Por ahora me conformo con que abracemos con toda el alma "La Tradición" de esa "Palabra" hecha carne que viene a tu corazón y al mío, querido Hermano, para encontrar un pesebre donde se aloje al lado de su Santísima Madre que, si estás en gracia de recibirlo, lo pondrá en tus brazos está noche bendita para que le muestres toda la ternura, pues el Verbo Eterno se hizo Niño, dice san Bernardo, para que nos acerquemos a él sin temor alguno, y le manifestemos nuestro cariño.

Por último, te invito a tener cuidado con las "tradiciones", que, como dice el mismo Jesús, vienen de los hombres y muchas veces "invalidan" el mandato de Dios.

Cenar en familia, intercambiar regalos en honor de ese Niño que nació hace 2018 años, que nace en cada Eucaristía y si estás dispuesto lo hará en tu corazón... es loable; pero dejar al invitado de honor fuera de tus festejos es invalidar "La Tradición"... no nos sorprenda, entonces, escuchar la voz severa del Señor que nos diga: 

¡Hipocrita!, no eres más que un falso Guardia de Honor, que me honra solo con los labios, pero tú corazón está lejos del mío. De nada me sirve tu culto, pues no es para nada Gloria, Amor, ni Reparación.

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