I - PREFIGURAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO


EL CORAZÓN DE JESÚS, ESPEJO DE AMOR Y DE DOLOR 

MEDITACIONES



INTRODUCCIÓN

Nadie puede negar, ni aun poner en tela de juicio, que la Pasión de Jesucristo es, según el bellísimo pensamiento de San Pablo de la Cruz, un mar sin límites donde se enriquece el alma cogiendo "las perlas preciosísimas de las virtudes de Jesús y de María".

Fue el Deífico Corazón paciente en extremo, desde el instante primero de su milagrosa concepción; de aquí que la mística Doctora (Santa Teresa) no anduviese perpleja en aseverar que Jesús sufrió más encerrado en el purísimo vientre de María, que en el resto de la Pasión.
 
Ahora bien: con ser el propio Corazón Sagrado la parte más principal de la Sacrosanta Humanidad del Verbo, bien se deja ver que todo el Cristo está representado por su Divino y Paciente Corazón.

Si esto es así la fuerza del raciocinio nos impele, sin duda, a establecer que el Sacratísimo Corazón de Jesús es ese mar sin límites de qué habla el santo de la pasión. Más, ¿de qué manera pueden las almas coger aquellas riquezas de tan inmensa valía? Hoy del Apóstol del Amor nos revela que Cristo es la verdadera luz que ilumina a todo hombre que viene a este mundo.

Te dejo, Hermano querido, Guardia de Honor, al pie del Sagrario, hasta la próxima vez para continuar nuestro culto al Sagrado Corazón de Jesús.


Comentarios

Entradas populares