V - IVD


LA VERDADERA DEVOCIÓN  

¿En qué consiste?...

La viva y verdadera devoción, ¡oh Filotea!, presupone el amor de Dios; mas no un amor cualquiera, porque, cuando el amor divino embellece a nuestras almas, se llama gracia, la cual nos hace agradables a su divina Majestad..." 


Esta expresión de la Introducción a la Vida Devota, debe hacer palpitar con fuerza el corazón de Filotea.

La Devoción, dice, presupone el "AMOR DE DIOS". Dios es Amor, dice San Juan, y para emprender el camino de la perfección hay que abrazarse de Dios, como la Esposa del Cantar de los cantares: "lo tengo y no lo soltaré".

Más, como dice San Francisco de Sales, no es un amor cualquiera, Dios es celoso, quiere ser el único y exclusivo, y que a partir de Él, amemos a nuestro prójimo.

En el bautismo Dios nos regaló esta primera efusión del AMOR DIVINO de la que habla el Santo Doctor, "LA GRACIA": la que nos limpia del pecado original y hace presentables nuestras almas delante de Dios.

La Gracia, como sabemos, se pierde por el pecado mortal; por lo tanto, si deseamos crecer en el AMOR DIVINO, ser más agradables a Dios, evitemos el pecado y en nuestras almas se dibujarán mejor los rasgos de Jesucristo, cuyo rostro es el más amado del Padre celestial.

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