EN LA ESCUELA DE SANTA JUANA DE CHANTAL

  

APRENDER DEL SAGRADO CORAZÓN...


EN LA ESCUELA DE SANTA JUANA FRANCISCA FREMIOT DE CHANTAL

"¡Viva Jesús! si, mi Señor Jesús, viva y reine eternamente en nuestros corazones."

Notas íntimas de Santa Chantal, VSM.


Nos santiguamos y recitamos la oración inicial

Eterno Dios, trino y uno: pues sois tan admirable en vuestros siervos, y especialmente lo fuisteis en vuestra escogida sierva Santa Juana Francisca, a quien fortalecisteis con una fe tan clara y resplandeciente de los misterios, que los creía más ciertamente que si los viese con los ojos del cuerpo, y que hicisteis que esta fe con que fue tan ilustrada, la sirviese de lúcida antorcha para caminar segura en medio de las tentaciones que sobre esta virtud sufrió, suplicoos, Jesús mío, me concedáis por la fe de vuestra sierva una fe que me ilumine para creer cuánto me enseña la Santa Iglesia, y que me dirija en los pasos interiores de mi espíritu, y me alcance la gracia que os pido durante este mes. Amén.


CONSEJO DE SANTA JUANA FRANCISCA

Debemos disfrutar mucho de escuchar alabar a nuestro prójimo y contribuir al bien que se dice de él, tanto como podamos, mirando el bien que sabemos está verdaderamente en él, cuidando de no alabar a unos y despreciar a otros.

RASGOS DE SU VIDA

Al día siguiente al Domingo de Cuasimodo, San Francisco de Sales, que debía salir muy pronto de Dijon, fue a visitar a la Señora de Chantal para despedirse, y después de muchas santas y cordiales palabras, «Señora, le dijo con un tono grave y dulce que no pertenecía sino a él: Dios quiere os hable con toda confianza. Su bondad me ha hecho la gracia de que en el momento en que subo al altar para celebrar el Santo Sacrificio, no tengo ya pensamiento ninguno que me sirva de distracción; pero hace algún tiempo que vuestro recuerdo me viene a la imaginación, no para distraerme, sino para unirme más á Dios, y yo no sé qué es lo que quiere hacerme entender con esto». 
Añadió otras muchas cosas con un sentimiento grave, y profundamente atento a la presencia de Dios. Después llamó la Santa a sus cuatro niños, los hizo poner de rodillas, y le suplicó los bendijese; el Santo los acarició y bendijo, bendiciendo también a su madre, y dejó a ésta llena de un ardiente deseo de entregarse enteramente á Dios.
Al otro día partió San Francisco de Sales, pero al subir al carruaje, en la plaza de San Esteban, se vio rodeado de inmenso gentío, que quería recibir su bendición por última vez: la emoción era universal, deshaciéndose unos en lágrimas, queriendo otros tocar al menos sus vestiduras, y por último, deteniendo algunos los caballos para no dejarle marchar. «No, no, Illmo. Señor, decían; no, no os marchareis, y si menester os llevaremos nosotros mismos en nuestros brazos hasta vuestra ciudad de Annecy». 
La Señora Doña Guillermins Tabourot, viuda del consejero Fremiot y tía de nuestra Santa, exclamó sin poderse contener: «¡Oh, y qué ladronazo, Dios mío, qué ladronazo! Y preguntándola qué es lo que quería decir, ¿no veis, respondió, cómo nos roba y se lleva todos los corazones?".

PETICIÓN

Amorosísimo Jesús y Dios eterno, que fortalecisteis con un espíritu de mortificación a vuestra escogida sierva Santa Juana Francisca, que decía, revestida del espíritu de fervor, la oración y la mortificación son los principales ejercicios de la Religión, habiéndose ejercitado en estas dos virtudes con mucha particularidad: os suplico, mi buen Jesús, me concedáis por vuestra escogida sierva, que mortifique todas mis acciones, palabras y pensamientos, y así merezca la gracia que os pido. Amén

PRÁCTICA

Se rezarán tres Padre Nuestros, Ave Marías y Gloria Patris a la Santísima Trinidad en obsequio del favor que la Santa recibió a lo largo de su vida y se hará un acto de perdón para quien me haya ofendido.

Gloriosísima Santa Juana Francisca:

- Ángel de la pureza, ruega por nosotros.

- Arcángel en la solicitud del bien de las almas…

- Principado excelentísimo en la dirección espiritual y perfecta de innumerables almas…

- Potestad admirable en refrenar los sentidos y las pasiones que son los demonios que más daño nos hacen…

- Virtud prodigiosa en muchedumbre de milagros…

- Dominación sagrada en forma de criatura terrestre de angélico espíritu.

- Trono donde descansó el celestial Esposo…

- Querubín luminoso que alumbráis las acciones de vuestro instituto con vuestros escritos…

- Serafín fogosísimo en cuyo pecho imprimió el amor el Santo nombre de Jesús…

Yo, Santa mía amadísima, me gozo de los singulares dones con que nuestro dulcísimo Esposo enriqueció vuestra alma, y confiado en vuestra benignísima caridad, imploró vuestra clemencia para que me alcances del Señor que os imite en esta vida, y después os acompañe en la gloria. Amén.


Antífona

Tenía Santa Juana Francisca muy grande reputación entre todos, porque temía mucho al Señor, y no había quién hablase de ella una mala palabra.

V. Supo complacer al Señor.

R. Y el Señor se agradó de su modo de proceder.

Omnipotente y misericordioso Dios, que a la Bienaventurada Juana Francisca, abrasada en vuestro amor, la concedisteis una admirable fortaleza de espíritu para caminar en la perfección por todas las sendas de la vida espiritual, y quisisteis por su medio ilustrar a la Iglesia con una nueva familia; concédenos por sus méritos y ruegos, que así como conociendo nuestra flaqueza, confiemos en vuestra virtud, así con el auxilio de la divina gracia venzamos todo lo adverso, por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Nos santiguamos para finalizar


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