AL PIE DE LA CRUZ CON LA MADRE DOLOROSA
NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES
¡MADRE LLENA DE DOLOR, HAZ CUANDO EXPIREMOS, NUESTRAS ALMAS ENTREGUEMOS POR TUS MANOS AL SEÑOR!

Composición de lugar
Sitúate en el Calvario, al pie de la Cruz, y de manera digna y reverente, mira a la Virgen Santísima y aprende a dar Gloria, Amor y Reparación...
Meditación
El dolor, como un trueno, haciendo eco en el Corazón de María
Y glosó el R.P. Jacobi Tirini, SJ, en su comentario al capítulo 10 del Apocalipsis, que estas siete voces (que Jesús pronunció en el Calvario) eran como el "eco" o voz "septies repercusa" (siete veces ascendente, creciente).
Hay parajes (lugares) en que se perciben de una sola voz siete, ocho y aún diez ecos, como en Padua; y aún algunos con otras maravillas en que todo un verso heroico se percibe en el eco, con la claridad misma con que se pronunció.
En las siete palabras que habló el Gran Legislador del Amor en su Academia del Calvario desde la Cruz (quasi Cathedra fuerit docentis), como dijo San Agustín, son los Siete Sellos, que él solo pudo abrirlos, que se perciben los ecos de una Piedra animada, el Corazón de su Dulcísima Madre; y en el que los abre y pronuncia son como truenos y en quien hieren, son como ecos, todos de Amor; amor que se nos pública con tantas bocas, cuantas son las Llagas sin número que recibió por nosotros el Señor.
Considera, alma mía que para que un eco se produzca con mayor claridad y nitidez es preciso un piedra muy lisa. Nuestra Señora es llamada en las Letanías Lauretana "Espejo de justicia", pues en todo se conformó a su divino Hijo, especialmente en el dolor "alisando" su vida a fuerza de sufrimiento y dolor.
Si quieres la conformidad con el Corazón Sagrado de Jesús, debes aprender a emplear todo lo que te causa "pesar", como instrumento que alise tu espíritu y lo haga capaz de reproducir las Sagradas Palabras del Rey desde la Cruz.
Oración
Propuesta por San Pío X para pedir por México.
¡Oh, María Inmaculada!, velad por México, rogad por México, salvad a México, que cuanto más culpable, mayor necesidad tiene de vuestra poderosa intercesión. Una súplica a vuestro divino Hijo Jesús, que reposa en vuestros virginales brazos, y México será salvo.
¡Oh, Jesús, obediente a María, salvad a México.
Recemos incesantemente y llenos de confianza esta oración, y no te olvides, querido Guardia de Honor, ofrecer al Corazón traspasado de Nuestra Madre Dolorosa las 7 Avemarías para consolarla y alcanzar para México la gracia de conservarse en la fe.
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