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EL APÓSTOL DEL SAGRADO CORAZÓN

LA DEVOCIÓN AL SAGRADO CORAZÓN

Continuamos con el propósito del Libro que comentamos y podemos preguntarnos, al igual que el traductor, R. P. Luis María Ortiz, S.J.

¿Por qué un nuevo libro sobre el Sagrado Corazón?

¡Han escrito ya tanto sobre este asunto

Podríamos dar a tal pregunta la contestación que daba San Bernardo relativa a la Santísima Virgen: Numquam satis: jamás se hablará bastante. 

Contentémonos con decir que, bajo un nuevo título, esta obra es muy antigua, pues el autor no es otro que la Bienaventurada Margarita María.

En efecto, la humilde hija de la Visitación nos ha dejado preciosos escritos y admirables ejemplos que constituyen lo que se puede llamar el Evangelio del Sagrado Corazón.

Toda persona que quiera tener noción exacta de la devoción al Corazón de Jesús, necesariamente debe estudiar las lecciones de aquella, que puede ser considerada más bien como evangelista, que como apóstol de este divino Corazón.

En el PRIMER TOMO de esta obra se puede ver el plan de la Providencia, al establecer como última fase de la Iglesia la devoción salvadora al Corazón de Jesús.

El SEGUNDO TOMO expone los homenajes pedidos por el divino Corazón: culto individual, doméstico, social y nacional.

El TERCERO estudia las virtudes exigidas por el Corazón de Jesús a sus devotos, a los cristianos, a las almas consagradas.

El CUARTO revela el secreto de la santidad, que se aprende en la escuela del Sagrado Corazón, y presenta las diversas devociones que florecen alrededor de este culto principal.

El QUINTO enseña a ser apóstol o propagandista celoso de esta devoción, interiormente por el amor, exteriormente por la oración, por el sufrimiento, por la prensa, por la acción en general; y termina con las doce promesas a toda suerte de personas, y con las diez particulares a los apóstoles ó celadores de esta devoción.

La critica moderna encontrará algunas veces árido y monótono el estilo; la Santa no se preciaba de pulimentos literarios, aunque algunas veces sus ardores seráficos, como los de Santa Teresa, se desbordaban en cánticos poéticos. Ni siquiera volvía a leer lo que escribía, según se lo había ordenado el divino Maestro.

Por el contrario, el verdadero espíritu sentirá en todas sus páginas lo que vale más que las elegantes palabras: el perfume ha dicho, escrito o hecho de más glorioso en honra de este divino Corazón, sino el orden lógico, la exposición clara y completa (cuanto es posible) de la doctrina de la sierva de Dios. 

Todas sus palabras y ejemplos, recogidos con el mayor cuidado, han servido como otras tantas piedras preciosas para componer este mosaico místico del Sagrado Corazón, tan variado, tan rico y tan instructivo. Según el consejo dado por Nuestro Señor después de la multiplicación de los panes: ninguna partecita de estas riquezas ha dejado de aprovecharse.

Piadosos lectores: séanos permitido daros un consejo: Si, por ventura, buscasen en estas páginas los encantos de un estilo armonioso, vuestra esperanza podrá quedar burlada. Verdad es que la Santa, instruida en la divina escuela, con frecuencia tiene acentos de la más encantadora poesía, entusiasmos sublimes que nos recuerdan el águila de Patmos, primer discípulo predilecto del Sagrado Corazón; verdad también es que algunas páginas os ofrecerán las flores literarias más graciosas y más variadas, fruto de imaginación rica, de delicadeza de corazón exquisita y de inteligencia natural poco común; no obstante, ella os dirá con San Pablo (I, Cor. 2): "No he tenido por misión hablar al mundo con las palabras persuasivas de la sabiduría humana. 

Pidamos a Santa Margarita, la gracia de que sea ella misma quien nos acompañe y explique este Libro:

Oh Santa Margarita María, a ti que el Sagrado Corazón de Jesús te hizo partícipe de sus divinos tesoros, te imploramos nos obtengas todas las gracias que necesitamos de ese Adorable Corazón, y en particular la gracia de............ Con ilimitada confianza pedimos a este Corazón nos las conceda por tu intercesión para mayor gloria suya. Amén.


Padre Nuestro, Ave María y Gloria.


Santa María, Madre de Dios y patrona de la Orden de la Visitación, ruega por nosotros.

Santa Margarita María, Modelo de obediencia y mortificación, ruega por nosotros.

(3 veces)



 

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