EL APÓSTOL DEL SAGRADO CORAZÓN

SANTA MARGARITA MARÍA ALACOQUE 

EL ALTAR DEL CULTO AL SAGRADO CORAZÓN



 A MODO DE COMUNIÓN ESPIRITUAL

Oh Padre Eterno, permitid que os ofrezca el Corazón de Jesucristo, vuestro Hijo muy amado, como Él mismo se os ofrece en sacrificio. Recibid, si os place, esta ofrenda por mí junto con todos los deseos, sentimientos, afectos, movimientos y acciones de este Sagrado Corazón. Todos son míos, puesto que se inmola por mí; no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos en satisfacción de mis pecados para concederme (en cambio) por sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y de alabanza, que ofrezco a vuestra divina Majestad, puesto que sólo por Él sois dignamente honrado y glorificado. Amén.

Yo os saludo, Corazón de mi Rey; coronadme.

DE SU AUTOBIOGRAFÍA

Me llevaron a una casa religiosa, donde me prepararon a la primera comunión cuando tenía unos nueve años, y esta comunión derramó para mí tanta amargura en todos los infantiles placeres y diversiones, que no podía ya hallar gusto en ninguno, aunque los buscase con ansia, pues al punto que quería tomar parte en ellos con mis compañeras, sentía siempre algo que me separaba de allí y me impelía hacía algún rinconcito, sin dejarme reposar hasta que lo hubiese ejecutado. Allí me precisaba a ponerme en oración, pero casi siempre postrada o con las rodillas desnudas en el suelo, o haciendo genuflexiones con tal que no me vieran, pues sufría un extraño tormento cuando así me encontraban.

Tenía vivas ansias de hacer todo lo que veía practicar a las religiosas, considerándolas a todas como santas, y pensando que, si fuese religiosa, llegaría a ser como ellas. Por lo cual se apoderó de mi tan grande ansía de serlo, qué a este sólo aspiraba. Aunque no eran, a mi parecer, de bastante retiro para mí y como no conocía otras, juzgaba que debía quedarme en su convento.

Los padres siempre buscan lo mejor para sus hijos y muchas veces confían su educación a personas piadosas. Muchos institutos religiosos se han encargado, a lo largo de los siglos de esta loable tarea y muchas almas, confiadas a sus cuidados han recibido luces del Divino Espíritu para conocer la realidad más allá de la materialidad, de lo que podemos ver y tocar. 

Tal es el caso de Santa Margarita María que, una vez recibido al Amable Huésped del Alma en el Santísimo Sacramento, su necesidad de oración se hace apremiante, más siendo niña aún, no puede manejar su nueva realidad y queriendo encontrar contento en las cosas fútiles que hasta entonces le distraían y divertían, por el contrario, experimenta una desolación ante ellas. 

Ese ansia de intimidad con Dios solo va encontrando satisfacción a medida que, en la convivencia con las religiosas que la educan, penetra en la práctica de sus ejercicios piadosos.

Cuánto hace, querido hermano, Guardia de Honor, que no asistimos a un retiro espiritual... porqué no nos proponemos buscar unos días en total intimidad con Cristo en una casa religiosa; o... al menos, el día en que comulguemos, intentemos que sea interiormente de retiro para saborear las dulzuras que Santa Margarita María encontraba en la oración, puesto que no son solo para los santos, sino para los que queremos llegar a serlo.

Oh Santa Margarita María, a ti que el Sagrado Corazón de Jesús te hizo partícipe de sus divinos tesoros, te imploramos nos obtengas todas las gracias que necesitamos de ese Adorable Corazón, y en particular la gracia de............ Con ilimitada confianza pedimos a este Corazón nos las conceda por tu intercesión para mayor gloria suya. Amén.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

Santa María, Madre de Dios y patrona de la Orden de la Visitación, ruega por nosotros
Santa Margarita María, Imagen fiel de Corazón de Jesús, ruega por nosotros
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